Después de muchos años de lecturas todos solemos hacer algún balance –generalmente inconsciente- de lo que hemos leído.
En ese sentido, es relativamente fácil separar la paja del trigo, pero ya es algo más difícil elegir, entre todas aquellas lecturas que nos han gustado, cuál ocupa ese lugar de privilegio que provoca que no pueda eludir nuestra memoria.
Ello es relativamente sencillo con algún género literario en particular, como la Poesía, pero se vuelve más difícil de dilucidar en los géneros narrativos.
Según mi experiencia, son pocas las certezas que se tienen en la Literatura, y sin embargo, cuando leí por primera vez el comienzo de la novela de Joseph Conrad “Un vagabundo de las islas” supe que esas palabras me habían impactado de forma extraordinaria.
Aprovechando que este año se cumple el 125 aniversario de su primera edición, comparto con ustedes el que es para mí, el mejor comienzo en la historia de la Literatura:
“Cuando abandonó por primera vez en su vida la estrecha y rígida senda del deber, lo hizo con el sincero propósito de volver al camino de la virtud tan pronto como aquella extraña excursión hacia el Mal hubiera producido el efecto deseado”.